jueves, 6 de febrero de 2014

Para él

  • Canciones, mágicas melodías con palabras que llegan directamente al alma. Recuerdos, sentimientos, ilusiones que quizá un día tuviste, o que todavía tienes. Te hacen soñar, llorar, reir, amar... porque todos tenemos una banda sonora de nuestra vida, en la que en un instante determinado, alguien daría al botón del "play", y sonaría tu canción, esa música... ¿podríamos vivir sin ella?. No lo creo... la vida es una composición de acordes hecha especialmente para ti. Sólo tienes que intentar bailar a su ritmo, lo mejor posible, aunque al hacerlo te caigas, para todo se necesita práctica. Bailar bajo la lluvia, el arcoiris, entre las nubes, el cielo soleado, una noche estrellada, o la tormenta... ¡no te detengas!, ¡baila!. Canciones. Combinaciones perfectas, yo te regalo las mías...

Amber y la brújula de la vida......Manhattan


No pasaban las horas,  y después de miradas cómplices y confesiones, nos levantamos y nos fuímos.
Empezó a conducir hasta llevarme al parque....ese parque.
Allí pasamos una de esas tardes, cuando decía que escribiría un libro y sería famoso.
Pero ahora era diferente.
Aparcó y bajamos del coche, nos sentamos en el capó. Se veía toda la ciudad iluminada,el cielo estaba lleno de esas estrellas que parecían los lunares de su espalda, era impresionante. La brisa empujaba mi melena acariciando mi cuello, justo en la yugular, que quedaba a su merced.
Me miró con esa sonrisa picarona y se fué acercando lentamente, mientras me decía:
-¿Sabes?-
-Dime-
-Eres lo más parecido a un suspiro de deseo que me recorre todo el cuerpo....._
Desde su cadera y subiendo suavemente mis manos le acariciaba los lunares de la espalda y le dije:
-¿Cómo, así?
Me acarició los labios con los dedos mientras acercó mis caderas a las suyas, agarrándome por el culo y apretándolo, al mismo tiempo me mojaba con sus labios, y  me quitaba todo el aliento, todos los suspiros.
Mi corazón palpitaba tan rápido y fuerte cómo el suyo.
Nos sentamos en el asiento de atrás.......me puse encima, mi melena le tapaba parte de la mejilla que él apartó con su  mano y me acercaba a su boca deseosa de besarme, saborear esos besos dulces que se volvían mordiscos en sus labios.
Nos quitamos la ropa sin pensarlo, nuestra piel desprendía calor.
No importaba ni el sitio , ni el lugar, me hacía volar!
Fuera la luna con su luz nos guiaba y volvía a perder el control, a perder el norte.
Sus dedos se escurrían entre mis piernas dándomelo todo y volviéndome loca. Su boca buscaba la mía y se encontraban en medio del éxtasis, suspiros, miradas.............
La lujúria y la pasión se apoderaron de nuestras almas libres.

Fuera empezó a llover, las estrellas desparecieron despacio dando paso a unas sombras oscuras.
Nos quedamos dormidos............

Recuerdos de Manhattan.