Se puso el casco, y se agarró fuerte a ese hombre que la volvía loca, al hombre de su vida. La brisa le daba en la cara y esa sensación de seguridad, de felicidad, la hacía sonreír. Eran libres!!
Pararon en el paseo marítimo, era una noche clara, sin nubes, nada más bajar de la moto la besó, la cogió con esas ganas de no soltarla.
Se sentaron en la arena, y mirándose fijamente empezaron a hablar. Tenían tantas cosas que decirse siempre que estaban juntos…!!!!
Planeaban su futuro, sus ilusiones, se miraban embelesados con esas ganas de comerse a besos. Él le retiraba el pelo de la cara, ella acariciaba sus mejillas y sus pecas. Y entre frase y frase un beso, entre una palabra y otra otro beso, hasta que pasaron a esos besos que te hacen suspirar perdiendo el ritmo. La tumbó en la arena y se separó para mirarla, le encantaba verla desde esa perspectiva, sonreía, le brillaban los ojos y le decía una vez más lo bonita y lo genial que era. Se abalanzó sobre ella y se fundieron en esos besos que te hacen perder el control, que te hacen desear, que te hacen sentir que te comes el mundo.
En el cielo esas pequeñas luces que brillaban como nunca y eran testigos de todo lo que sentían cuando estaban juntos.
Les daban las tantas besándose y hablando de todo lo que iban a hacer.
Un amor puro, libre, sincero.
Mi amor!
