Pero sus ojos delataban que pasaba algo,su fuerte corazón palpitaba cada vez más despacio, esta vez los nervios podían con ella, sólo debía esperar un día para poder hablar con él, pero los sentimientos estaban a flor de piel y no lo resistió. Se desmayó dándose un golpe cerca de esos ojos , de esa mirada ,sí,esa , la culpable de todo.
Cuando abrió los ojos se dio cuenta que estaba en el suelo mirando el cielo azul de París y de como la miraban un chico y una chica que le preguntó como se encontraba, si recordaba su nombre, quién era, y la ayudó a incorporarse despacio mientras recordaba su nombre y qué hacía antes de desmayarse, entonces se dio cuenta que dolía........que la herida sangraba, la herida que no era visible, la que provocaba un amor puro, un amor sin fronteras, de esos que no se olvidan y cortan la respiración hasta faltar el aire.
Nadie la había amado como él, nadie la había deseado como él,nadie la miraba como él, nadie la besaba con la pasión que él lo hacía......nadie le hacía sentir con esa fuerza y ella sabía que nunca amaría a nadie igual.
No podía olvidarlo!
Esa mujer de ojos claros, mirada penetrante, piel blanca, carácter fuerte, a la vez que dulce, sufría por el hombre que se lo había dado todo, por el hombre que la hacia estremecer con tan solo decir su nombre, con el que no hacían falta las palabras . Simplemente siempre había sido ÉL.
Pasaron los días....las semanas........empezaron a hablar intermitentemente pero necesitaban verse, tocarse, él se conformaba con un abrazo , pero en el fondo sabía que si se veían sería más que un abrazo, que se mirarían a los ojos y se comerían a besos, que les temblaría el alma del deseo que se tenían.
Tenían que encontrar el momento , él quería decirle lo mucho que la había echado de menos, que había tomado una decisión y hablar, pues tenían una conversación pendiente.Y ella...........simplemente recordarle que estaba loca e irremediablemente enamorada de él, que sus miradas eran cristalinas, puras, sinceras, que era un amor de esos que en sus encuentros se amaban como si no hubiera un mañana.
La vida les debía una segunda oportunidad.
Y aparecieron de nuevo esas mariposas que se creían con derecho a aparcecer y deaparecer cuando les apetecía, de echo nunca se habían ido, siempre habían estado, solo que esperaban el momento para aparecer de nuevo, el momento para que esos dos corazones indomables, apasionados, locos y que se amaban como nunca, volvieran a volar juntos. MC
Era su historia
